En términos de seguridad, la protección diferencial es el elemento más importante a tener en cuenta en un punto de recarga. Una mala protección diferencial conlleva desperfectos considerables y puede provocar accidentes con graves consecuencias para el usuario.

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La protección diferencial no sólo es necesaria, sino que también es obligatoria independientemente del esquema de carga utilizado.
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Los interruptores diferenciales en este tipo de instalaciones tienen que ser de Clase B ya que son estos los adecuados para garantizar la protección, no sólo con corrientes de alterna pura (AC), sino también en caso de filtración de corrientes continuas (DC) pulsantes o de tipo alisado.
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Cuando el equipo de recarga disponga de una protección RDC-DC, es decir, cuando cuente con un equipo de detección que asegure la desconexión de la alimentación en caso de corrientes de defecto con componentes de corriente continua (DC) superiores a 6mA, el interruptor diferencial podrá ser de Clase A en vez de Clase B.
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Los interruptores diferenciales deberán proteger de forma individual cada punto de recarga y la corriente diferencial-residual asignada será de un máximo de 30 mA.
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La protección diferencial podrá situarse tanto en la propia instalación eléctrica (parte fija) como estar dentro del equipo de recarga.
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Además de la correcta protección diferencial, es necesario proveer a la instalación de una protección de sobrecargas de tipo permanente con su correspondiente protección magnetotérmica. La protección adecuada contra sobretensiones transitorias también es obligatoria.
La serie TOP es la solución más completa para la protección de puntos de recarga e incluye:
- Protección magnetotérmica
- Protección diferencial de Clase A
- Protección contra sobretensiones permanentes y transitorias
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